viernes, 8 de febrero de 2013

Titi

- Eh! Guacho ¿Vos no sos de Caritas? ¿Por qué si vos sos de Caritas no se cruzan a la plaza y dan toda la ropa que tienen a los pibes?
- Vos sos Tití ¿no?
- Sí
- Bueno mirá Tití, si yo te doy la ropa y me tomo el palo y te dejo ahí tirado como siempre jalando ¿Me estoy preocupando en serio por vos?
- (la duda un rato) Mmm No.
- Bueno entonces, contame ¿Que onda tu vida?
- Y mi vida es una mierda, una re mierda. Me peleé con mi mujer, vivo en la calle. No veo a mis hijos..
Así empezamos..
Títi tiene mas o menos 23 años. Lo conocimos esa noche en la plaza, estaban todos los pibes reunidos ahí  fasito va, fasito viene. Se quedo charlando con Pablo (uno de los chicos del grupo), mientras yo charlaba con la Peque que lloraba a uno de los pibes que murió en la suya. Así que esa parte de la charla, me la perdí.
 Después de dos meses, apareció una tarde por Caritas. Le conté que lo habíamos estado buscando pero que no lo habíamos encontrado en la vías del tren, como nos había dicho que era donde dormía.
Llego con uno de sus hijos, Rodrigo de 4 años, enano terrible e inquieto pero picaron y mimoso como él solo. Empezamos a charlar, mate de por medio, me contó que nos había hecho caso y que había vuelto a la casa con su mujer y sus hijos. Me contó de los días de lluvia en familia, de su mujer y de sus hijos en la cama resguardándose de la lluvia. Era la sonrisa de un nene, de un nene disfrutando de sus hijos. Esa misma tarde se sumo a la charla Marta Knox (idola, genia), Trabajadora social de la parroquia. Ella fue la que tuvo la idea al ver que él tenía un terrenito donde construir, al lado de la casa del abuelo de su mujer, de que fuera a un Corralón (dicese de lugar donde se compran cosas para la construcción, precaria) y averiguara un presupuesto. Era nuestra forma de ver que tanto el estaba dispuesto a hacerse cargo de su familia y de él. Confieso que dude. Yo ví cuando me contaba de sus hijos y de su mujer (mas grande que él) la sonrisa de un nene, ingenua y real, real pero ingenua. No iba a ser un camino fácil. Para esto ya era como Abril del 2012.
 A las dos semanas llego con un presupuesto, envalentonado, creyendo que todo era muy facil. Lo tuvimos que bajar un poco de las nubes. Lo estábamos probando y la realidad es que la prueba iba a ser larga.
 Las visitas a Caritas era periodicas, venía cada 15 días mas o menos.
  De a poco fue dejando la calle, venía a buscarnos para llorar. Extrañaba su Rosario que ya no quedaba tan cerca, su familia. Se daba cuenta que era un pibe de 23 años que de pronto ya era papá de 3 pibes. Empezamos a descubrir que la calle era su refugio, que se escapaba de la casa y entraba a caminar, cuando se daba cuenta ya estaba borracho o drogado. Fueron charlas duras, tristes, solo podíamos mirarlo y acompañarlo en el dolor. Tuvimos que retarlo muchas veces porque nos contaban que lo veían pidiendo en las escaleras de la parroquia con uno de sus nenes. No lo retábamos por pedir, lo retábamos por traer a los nenes, siempre se lo aclaramos: "a los nenes los queremos ver en el jardín, no acá pidiendo con vos". Ni vale aclarar de que la idea era conseguir un trabajo y no seguir en el terreno de la limosna.
Después desapareció como por un mes. Había caído en cana, según él porque estaba en la esquina con sus amigos que son mala junta, pero que él no había hecho nada. Otra vez, retarlo, decirle que piense en sus hijos, estaba fallando y si fallaba una vez más, lo íbamos a tener que ir a visitar , adentro entre cuatro paredes.
  Las visitas siguieron, fuimos de a poco viendo que se estaba encarrilando, que ya se había encargado de levantar su casa y que solo necesitaba ayuda para termina con el techo.
Nos mandamos un día con Jay a la casa. Mapa improvisado en una hoja que nos decía que cuando vieramos un Coto nos teníamos que bajar. Terminamos en San Fernando, perdidos en un barrio humilde, yendo y viniendo de una casa a la otra porque lo números estaban mal puestos. La gente ya nos miraba mal y nosotros preguntando por Titi que según él era re famoso en el barrio, pero nadie lo conocía. Al fin encontramos la casa y conocimos lo que había levantado, fruto de sus manos, pensar que hacía 6 meses el dormía en la calle y su mujer en la casa del abuelo. Nos emociono ver su avance. También nos emociono, ver que en esa cama de una plaza y media dormían 6 personas y que el techo, estaba agujereado por todos lados por la chapa corroída y que la habitación era de 2 por 3 metros. Decidimos que ya era hora de acelerar los plazos de la ayuda.
Nos pusimos en campaña, vino con toda la familia a Caritas un día, para que Leo, la psicóloga  pudiera evaluar ciertas cosas. Marta nos dio el visto bueno y ya estaba todo en camino. En esto quiero resaltar a todo el equipo de Caritas. No solo nosotros como grupo calle, todas las señoras que trabajan ahí se interesaron y preocuparon por Titi y su familia, con amor, con entrega y servicio.
Hoy Titi, ya 2013, en vez de poner el techo, siguió construyendo para arriba, para que pudieran estar mas cómodos sus hijos. Ya no anda por la calle o por lo menos por el barrio. Hace changas, la pelea, no es facíl, todos sabemos que no es fácil  pero se puede. Sigue con su mujer y hoy 3 de  nosotros y otras integrantes de Caritas somos padrinos de Bautismo de sus 4 hijos. Tuve la gracia de ser padrino de Rodri y Kiara.

  Falla, como cualquiera falla. Pero de una charla en una plaza, de la situación de calle a vivir de nuevo bajo un techo y tener un trabajo, quiere decir que hay un gran logro por parte suya. Nosotros solo somos banquitos donde se apoyo para llegar alto y poder agarrar algo de la alacena, como hace un nene.
Nosotros somos meros instrumentos, estas son cosas de Dios.