miércoles, 18 de septiembre de 2013

Thalia.



Chiquitita, sonrisa dispareja pero genuina. No tendrá mas de 7 u 8 años pero anda sola por la calle. Siempre dice que esta con su hermano, que él la cuida, pero todos sabemos que el chino no es seguro ni para él mismo.

La otra noche antes de recorrer, la vimos tirarse entre unas cajas en la esquina, mientras esperaba que el semáforo cambiara a verde. Las diez y media de la noche y el frío, hacen que el día sea largo para una nena tan chica y esas cajas eran los sillones de su living. Cruzó Cabildo corriendo. Quiso asustarme por atrás pero ,pobrecita, no sabía que yo ya me había conmovido mirándola desde lejos.

Nos dimos un abrazo, de esos que completan o mejor dicho de esos que me motivan a seguir. Chiste va, chiste viene, la retamos porque era tarde. Nos dijo que se iba a la casa tipo 12 de la noche, que mañana iba al colegio, que siempre duerme 4 o 5 horas por día y después viene al barrio.

Se fue corriendo al subte a ver si estaba un amigo de ella. Me tiro un beso con la mano y me pregunte:
 ¿Ella en que parte del plan esta?¿Cuando me volverá a dar un abrazo?¿Hasta cuando durara la inocencia?

Las dudas, también son parte del caminar.

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